Temor:
Por lo general las relaciones tienen lugar en la clandestinidad, por lo que crean un clima de temor a ser descubiertos, a ser traicionados después, y a la fecundación.
Los adolescentes (especialmente las mujeres) temen al abandono o desencanto del novio (a) y la búsqueda de satisfacción en otra persona. La vida sexual prematrimonial ocasiona en los novios un clima de sospecha de infidelidad.
Embarazos precoces:
Muchos piensan que con los anticonceptivos se elimina el riesgo del embarazo, pues ese es su fin. Sin embargo, estos no son capaces en un cien por ciento de evitarlos. Además muchas veces, los jóvenes sobretodo, desconocen el uso adecuado de los mismos, por lo que puede provocar un embarazo fuera de una familia bien estructurada.
El embarazo en adolescentes es un producto de la patología social: negligencia paterna, carencia afectiva, inseguridad, pobreza, ignorancia, violencia o descuido. “La adolescente embarazada es la presa de la hipocresía de una sociedad que perdona sus actividades sexuales y condena su embarazo.” (Mena Díaz, 2007)
Las dificultades son numerosas, a corto y a largo plazo: la adolescente es frágil y se vuelve más frágil aun por el embarazo; esta además, suele interrumpir los estudios, por lo que se ve afectado el futuro de la mujer.
La joven corre el riesgo de experimentar anemia y complicaciones en el parto, así como un alto riesgo de mortalidad propia durante el embarazo. Los bebes de madres adolescentes tienen una alta tasa de mortalidad y pueden experimentar mal formaciones congénitas, problemas de desarrollo, retraso mental, ceguera, epilepsia o parálisis cerebral.
“Los embarazos precoces suelen provocar reacciones depresivas a muchas de las adolescentes; puede llevarlas hasta al suicidio o intento de suicidio. Esta es la segunda causa de muerte, en esta edad, después de los accidentes” (Mena Díaz, 2007).
La situación psicológica de la adolescente embarazada es compleja y difícil. En ella se acumulan las dificultades propias de la adolescencia; los problemas afectivos observados a lo largo de cualquier embarazo; las dificultades personales o familiares, las que originan ciertas reacciones, reales o simplemente temidas del entorno, la inquietud de un futuro incierto y la perturbación por las decisiones que se han de tomar.
Importancia al placer y olvido del amor verdadero:
Las relaciones prematrimoniales dan excesiva importancia al sexo, al instinto sexual y al goce sexual. Esto produce un deterioro en el verdadero amor.
El placer es tan intenso en la relación íntima de la pareja que nubla o bloquea, por completo todos los demás elementos afectivos e incluso psicológicos, esto hace que al momento de la relación se disfrute intensamente, pero al mismo tiempo que no se puedan medir las consecuencias. (Caro, 2009)
Cuando al fin la pareja razona de lo que ha hecho, sobretodo la mujer, trata de convencerse a sí misma, que ha estado con la persona que "ama”.
Dios pensó esta relación solo para los esposos, por ello la afectividad de la mujer queda fuertemente dañada, cuando no se hace dentro del matrimonio. Algunos podrían decir que no es verdad, sin embargo esto es porque se buscan engañar a sí mismos y bloquean la sensación de vacío, lo cual creará una "insensibilidad" o falta de afectividad de parte de la mujer, lo que le dificultará grandemente poderse enamorar profundamente.
Asimismo, esta centralización del amor en el sexo frena el proceso de maduración emocional e intelectual. "Una relación sexual precoz, llevada a cabo regularmente... ejerce también su efecto inhibidor sobre el desarrollo intelectual y la evolución consecutiva de la mente..." (Caro, 2009).
Cuando hay entrega corporal previa, la pasión los lleva a querer mantener la relación a toda costa, evitan los problemas o simplemente tratan de evadir las diferencias, y se quedan ciegos ante hechos que tienen ante sí; porque si no tuviesen que romper el vínculo, a lo que están poco dispuestos. “El principio del placer se disfraza a menudo de convicción”. (Mohana, 1997)
